La comida es pesima, al menos las pastas fui porque me habían dicho que tenía historia. Capaz mi error fue no pedir el pasticho. Hay dos versiones en la que puedes pedir la pasta normal o 3/4 (que ea más pasta) pero de verdad no vale la pena, pedi pasta carbonara y la salsa estaba super densa como si le hubiesen agregado maizena para rendir. Le pusieron un monton de queso amarillo como para disimular pero la pasta en si estaba casi cruda y super pesada. Era muy muy gruesa. El te estaba bien pero es te. Lo mejor fue el pan con ajo y eso que ni toatado eataba, no se si es que derriten la ma margarina/mantequilla y se la ponen asi de una vez para no perder tiempo. Pero realmente no volveria a ir. Nunca.

Me parece terrible, la atención es muy mala, pedí un capuchino chips y primero no me dijeron que no tenian crema chantilly y despues que eso era adicional. Además sabia terrible porqur sin la crema resulta impasable de lo amargo y al pregintar si no podian agregarle azucar simplemente me respondieron de mala gana y groseramente. No vuelvo a pedir absolutamente nada en ese lugar. Fui porque el de Merida era increible pero ahore veo que nada que ver.

Estaba solo cuando estuvimos alli, quizás porque era muy temprano. El cóctel era gigante y ea una opción por si vas con muchas personas pero para dos resultó excesivo. Sin embargo el ambiente del local es genial y la música vale la pena. Un lugar para ir en pareja o con un grupo de amigos.

Los helados son INCREÍBLES cremosos y cada sabor más rico que el anterior y tan grandes que nos arrepentimos un poco de comprar dos helados de dos porciones porque eran enormes. Lo recomendaría una y mil veces, está cerca de la plaza del Hatillo y puede sentarte en la mezzanina donde hay menos personas y se puede disfrutar mejor del postre.

Vive lleno, pero la comida es espectacular llena muchísimo y el ambiente es muy ameno si no te importa estar en un lugar con muchas personas. Fui con un amigo y pedimos la ensalada de jamón serrano y el sándwich del mismo relleno. Las dos cosas estaban increibles. Por no mencionar los jugos, dulces en la medida y espesos. Queremos volver a ir ya

Sinceramente me encantó, es muy barato, la comida es buenísima, la atención es excelente y hasta tienen wifi, es increíble que algo así este en un cc. La verdad lo recomiendo una y mil veces, he comido allí un risotto hace un tiempo y la vez pasada un panoli, ademas dan una sopita de cortesía que siempre está increíble.

El lugar sin duda tiene un aire muy europeo, lamentablemente cuando fui se acababa de ir la luz, tuve que hacer tiempo y regresar. Como mi idea de almorzar allí se vio desechada por el apagón finalmente pedí una crepe de cambur flambeé. No se consumió del todo el alcohol y quedó un poco muy alcohólica para mi gusto pero sabía bien dentro de lo que cabe, además he probado antes otras cosas y vale mucho la pena ir hasta allá.

No se si era el día pero el servicio fue horrible. Y la comida peor. Esperamos básicamente una hora para que nos trajeran la parrilla y el trío de mini hamburguesas. La parrilla estaba decente pero estaba fría y de acompañante sólo pusieron lechuga (aunque previamente nos habían dicho que no estaban sirviendo ensalada porque no tenían lechuga) la piña colada virgen si sabía bien (pero fue milagro porque luego entre el caos del lugar dejaron de servirlo tipo frape y parecía leche con hielo y granadina) las hamburguesas? No por favor! nada de cebollas caramelizadas, tomates secos ni queso mozzarella. La carne estaba seca y parecía recalentada y no se tomaron la molestia de calentar el jamón y derretir el queso amarillo (estaban fríos de nevera!) No pongo que el servicio fue malo porque cuando nos quejamos el gerente se disculpó diciendo que había sido su peor día y nos dio un brownie y dos bombones. Que eso si lo recomiendo el brownie estaba húmedo y tenia nueces. Super divino. Y los bombones eran de cocuy y limon. Al menos ayudó a sofocar el tiempo perdido y la comida terrible que nos sirvieron. Pero habrá que volver para ver si de verdad tuvieron un mal día o no. Nos quedamos sin batería y bueno... sacar el celular en pleno centro no es recomendable de modo que no tengo fotos pero igualmente no tenían bebidas alcohólicas que es lo más llamativo de este local para fotografiar.

He ido con mi novio por su cumpleaños. Pedimos el waffle especial imperial. Viene con una bola de helado, crema chantilly, salsa de frutas, melocoton y crema de avellana imperial. Estaba buenísimo. La presentación dio un poco que desear pero en cuanto a sabor incomparable. El servicio tardó bastante a pesar de que no había mucha gente pero en la terraza no fue molesto pasar el rato. Lo recomiendo 100%. El waffle estaba crujiente por fuera y suave por dentro, la salsa cítrica contrastaba con el dulce de la crema y el helado de vainilla. No tenían melocotones pero con fresas quedó muy bien. Y el helado fue maravilloso, cremoso pero no grasoso se podía "picar" con el cuchillo para untar el waffle. Volvería a ir seguro.

El ambiente es espectacular, el servicio fue un poco mediocre pero de lo abjudico al hecho de que era domingo y había muchísima gente. Recomiendo llegar con tiempo si es una salida de fin de semana porque fácilmente se puede perder 30 minutos a una hora esperando asiento. Pedimos un ceviche limeño y estaba espectacular. De la pasta orechette (orecchiette) no tenemos quejas estaba muy buena, recomiendo pedir más queso. No obstante el risotto de camarones fue un desastre, estaba simple, le faltaba profundidad en el sabor, y un error fatal fue que intentaron hacer risotto con arroz normal no arborio (el arroz del risotto) , lo único que puedo salvar de mi platillo fueron los camarones, estaban perfectamente cocidos. Por cierto es importante recordar que ellos no colocan el iva por plato sino total.