Damasco

¡Que decepcion! Teníamos como 4 años sin ir y nos animamos por una buena recomendación y noticia de remodelación. Pues fue un chasco. El ambiente no nos gusto y la comida menos. Tuve que pensarlo para darle 2 estrellas. El ayran sabía raro, como si fuese leche en polvo reconstruida. Mi arroz con almendras y pollo tenía huesitos y había que comerlo con cuidado. El plato mixto que tomó el otro comensal no tenía mucha variedad y las salchichas grasientas. Hay comida árabe mucho mejor en Caracas y eso a pesar de la crisis. Lo que molesta más al recibir la cuenta ya que la falta de ingredientes no es excusa.

Unos de los pocos restaurantes buenos de comida árabe sus platos bien elaborados con ingredientes muy frescos, todo lo que pida les va a gustar.

No hay ocasión para que Damasco deje dudas. Su cocina mantiene el esmero y la calidad de siempre. A pesar de verse afectados con el tema de la materia prima, han sabido mantener la línea de servicio. Relación costo-calidad inigualable. Recomiendo la degustación de platos, todo en su menú es valioso conocer. Las cremas por su textura y sabor, la ensalada shanklish no tiene competencia, el arroz con nueces y pollo, el kibe horneado, los tabaquitos, en fin, aquí encontraremos verdadero placer al paladar. Las berenjenas horneadas con carne y salsa son excelentes.

La comida es razonablemente buena. Hay otros en ese estilo bastante mejores. Lamentablemente no ofrecen todos los platos de la carta, hay muchas fallas. O sea comes lo que hay y no lo que quieres. El servicio es un poco lerdo, sin embargo el precio es acorde a la oferta.

El mejor árabe de Caracas, fiel a su calidad tradicional. Toda su carta es recomendable con sus cremas de textura perfecta, su inmejorable falafel, su kibbe crudo o frito. La atención siempre buena y esmerada, el ambiente tranquilo ideal para disfrutar de una buena comida. Mi primera opción en comida del medio oriente. No defrauda y siempre grato de visitar.