Sin duda alguna es el sitio para visitar cada vez que tengas antojo de algo dulce. Tiene un ambiente agradable puedes ir en pareja pero es mas familiar y siempre esta full (sobre todo los domingos) por eso puedes atormentarte un poco con el ruido ya que el espacio es literal un rectángulo donde hay muchas mesas. A diferencia de la competencia hay un espacio donde puedes estacionar. El servicio es un poco incompetente. La pastelería rica y tradicional, los helados divinos/cremositos. Recomiendo la cola de langosta pero en lo personal, prefiero los helados. La mayoría de los sabores son muy buenos por el fuerte sabor y los que más me gustan son: Nuttilli, Chocolate Blanco, Yogurt Frutti Di Bosco y Pie de Limón. A pesar que son costosos valen la pena el sabor es indiscutible y las porciones grandes! Siempre voy!
