Café Vomero

En el pasado tuvo su fama, pero en realidad nunca fue gran cosa. El café era pasable; ahora lo es menos. Hay otras cafeterías cerca de ahí que siempre sirvieron un mejor café que Vomero.

Oferta gastronómica italiana, reducida y vintage. Comida de porciones algo escasas, panini de pan muy duro y poco relleno. Servicio estándar. Lugar que se quedó congelado en el tiempo, muy antiguo, pequeño e incómodo. Precios entre el promedio y algo reducidos.

Muy difícil de estacionarse, servicio normalito, café bien, pero no esperen tampoco que sea nada de otro mundo, este café recientemente reabierto tiene una tradición de 60 años, lo cual se puede verificar de las fotos de las paredes. Es abusivamente caro y el café molido para llevar es el más costoso que haya visto en Venezuela, así no. No vuelvo, mucha suerte con toda esa historia.

Campo Claro está de fiesta, Vomero café, reabrió sus puertas, manteniendo la tradición del café y ambiente de siempre, un clásico de todos los tiempos, la calidad servida en sus tasas es incuestionable, la mágica herencia de Don Giovanni Misciagna es perfectamente representada por sus hijos, Baristas de alta gama, increíbles croissants, paninis, tortas y muchas deliciosas sorpresas para acompañar un espectacular café, Vomero es la parada obligada en la zona, fácil de estacionar, no dejen de visitarlo. un fascinante Dejavu de la ciudad de Caracas.

Este café reabrió sus puertas de nuevo, es uno de los cafés más antiguos de Caracas (1959). El que atiende es el hermano del de Caffe Piu, por lo que hay cosas similares en el menú de cafés. Su atención fue muy amable en todo momento, y su conversación agradable. Pedí un café Nocciola que está bien, no fue nada del otro mundo pero creo que lo más único del café fue la espuma de la vaporización de la leche, era muy buena. Compré una torta de zanahoria y también era sabrosa pero normalita, muy casera. Realmente volvería porque es un café tradicional caraqueño, con un ambiente muy típico de la Caracas de los 60s.